Después de unos cuantos días de la partida de Amanda me animé a entrar a su cuarto. Todo estaba como lo había dejado, parecía que nada hubiese ocurrido. Me senté en la cama, recorrí el lugar con la vista, y entre imagenes, olores y lagrimas, divisé entre libros su mas preciado tesoro ; su Diario Intimo.

lunes, 4 de abril de 2011

"Ayer a la noche me llamó Celeste para ir a una fiesta, ya era un poco tarde y hoy había que levantarse temprano, pero bueno fuí igual, además tenia que estrenar un vestido nuevo, que por cierto me quedaba genial. La pasé a buscar y empezó a contarme los mismos problemas de siempre, su novio. Me pregunto para qué siguen juntos si se viven cagando y además todos los dias igual; que te perdono, que me perdonas, que nos perdonamos y que nos amamos. Mentira, todo es una gran mentira. Pasan una hora amandose como si nada, y a la hora no se quieren ni ver las caras. Pobre, yo la quiero ver bien pero ella no está nada bien.
Llegamos a la fiesta, por suerte no habia nadie conocido. La verdad es que en el camino iba rogando para que no haya nadie conocido, ver tantas caras familiares y tener que escuchar cosas que realmente no me importan, porque de verdad no me importan, ya me tiene cansada.
Me di cuenta que el tequila me mata y ni hablar del bodka con juguito, sí, tengo que confesarlo; me mata. El problema es que mientras bailabamos con cele entre toda la gente, llegó Santiago. Hacía mucho que no lo veia, pero ahí estaba. Ahí estabamos los dos.
Fui a la cocina a servirme algo mas para tomar...Santiago vino detrás, como siempre me volvió a comprar con sus palabras que parece que para mí son bastante mágicas, pero en realidad son esas que le critico a Celes cada vez que vuelve con el infeliz de su novio; "te extraño","no puedo vivir sin vos","sos linda","me pone mal cuando no me atendes por teléfono", todo un circo de palabreria que indudablemente para mí se transforman en mágicas.
Nos fuimos juntos, y ahí fue cuando me acorde algo que mi abuela siempre le decia a mi tía la menor de las hermanas de mi mamá; "no hay que abrir las piernas siempre que se te presente la oportunidad". Con Santiago jamás habia abierto las piernas, como decía mi abuela, ya habíamos estado varias veces juntos y a mí ganas no me faltaban. Al principio creía que estaba enamorada, aunque suele pasarme esas cosas, confundir sentimientos con momentos.
Después de un rato de hablar en su cuarto, me dije: "Amanda ya podes abrir las piernas". uyy yo lo habia esperado tanto...nunca se daba, siempre nos desencontrábamos y para mí era una asignatura pendiente.
Beso va, beso viene... me quitó la remera, me desprendió el corpiño, le quité la remera, el pantalón... y ahí fue cuando dije no!!. No podía creerlo, y no sólo eso sino que no aguanté, me levante, me vestí y le pedí que me abra, que me tenía que ir.
La tenia chiquita! que desastre!. Tanto que esperé por tenerlo y al final me termina pasando ésto. Seguramente mi abuela tenía razón y se referia a otra cosa cuando decia "no hay que abrir las piernas siempre que se te presente la oportunidad".
Amanda

2 comentarios: