Después de unos cuantos días de la partida de Amanda me animé a entrar a su cuarto. Todo estaba como lo había dejado, parecía que nada hubiese ocurrido. Me senté en la cama, recorrí el lugar con la vista, y entre imagenes, olores y lagrimas, divisé entre libros su mas preciado tesoro ; su Diario Intimo.

martes, 3 de mayo de 2011

"Generalmente el ser humano tiende a enfermarle la cabeza al que tiene cerca.
A veces pienso que el mundo se complota para molestarme o para hacerme preguntas estúpidas esperando alguna respuesta que seguramente les solucionará el problema.
Yo no tengo por qué andar respondiendo cosas que no quiero, o mas aún escuchando lo que no tengo ganas de escuchar.
Nicolás… Nicolás, que después de mi no embarazo no tuvo mejor idea que venir a decirme que la relación debe avanzar un poco más. Tal vez es el momento en que debamos considerar juntarnos o comprometernos. ¿Qué momento? ¿Existe un momento para eso? Si de verdad existe, entonces debo decir que este no es el momento.
Claro, Nicolás no lo va a entender porque no tiene idea de la existencia de Diego, pero yo lo entiendo porque no puedo evitar que Diego siga existiendo. Lo que no puedo es evitarlo, pero la verdad que si alguien viene y lo saca de repente de mi vida a mi me haría un gran favor.
Hace un par de noches que no lo veo, pero hoy me llamo y me dijo que me extrañaba. Esperé mucho tiempo para escuchar que Diego diga; te extraño. Pero claro el no puede contra su propio ego que tuvo que arruinar el momento diciendo; ¿vos me extrañas no? Que pregunta estúpida la que me hace. ¿A los hombres no les alcanza con ser ellos los que extrañan? ¿Para qué preguntar cosas que son tan difíciles de responder? No se si lo extraño, porque en realidad no se si es verdad que él me extraña a mi. ¿Qué puede extrañar? Verme llegar a su casa a la madrugada, darnos muchos besos, sacarnos la ropa como dos desesperados y tener sexo. Si tener sexo, porque yo no creo que sea algo más que eso. ¿Cómo nos damos cuenta cuando de verdad extrañamos a alguien? Si tuviese la respuesta tal vez podría escribir un libro más que mi diario íntimo.
No nos conformamos con nada… ¿Simplemente por qué no escuchar lo que nos dicen y listo? ¿Por qué no dejar que alguien nos quiera y nos extrañe? siempre queremos lo que no tenemos y esperamos mucho por eso, pero cuando lo tenemos… de repente ya no lo queremos. ¿Qué estoy haciendo? A veces cuando me levanto tengo la necesidad de desayunar con Nico, de escucharlo, de verlo reír un rato con cara de dormido, que me de un abrazo… ¿Será eso extrañar?
¿Se puede estar enamorada de dos personas? Al fin y al cabo es verdad… el ser humano tiende a enfermarnos la cabeza."

Amanda

lunes, 25 de abril de 2011

"No era nada, nada de nada. Al final lo había imaginado todo, hasta por momentos sentía que algo se movía adentro. Será que mis amigos tienen razón cuando dicen que soy una exagerada.
Despúes de escribir mi último diario, pensando que de verdad seria el último, porque desde ahora no tendría más tiempo para mí, lo llamé a Nicolás. Le dí la noticia por teléfono porque obvio no sabía si podía mirarlo a la cara y le pedí que me traiga algún test de embarazo de forma urgente.
Después de exactamente 28 minutos, Nicolás apareció por casa con una bolsa de farmacia y cuatro test de embarazo de diferentes marcas; todavía me pregunto para qué tantos si con uno era más que suficiente.
Entré al baño con la bolsa mientras él seguía con cara pálida y sin decir una palabra, como estatua recien puesta al lado de mi cama. Yo no podía estar pensando en Nicolás, en cómo se sentía y en qué hacer para que le vuelva el color a la cara, lo único que yo pensaba y esperaba es que no se dibujara mas de una raya porque sino como diría mi abuela; estábamos en problemas.
Para no generar ningún tipo de duda y ya que los tenía al alcance de mi mano, me hice los cuatro test, de marcas, formas y colores diferentes. Lo importante eran las rayas.
NEGATIVO, negativo fue el resultado por supuesto. Ahí fue cuando me dí cuenta, claro, lo debería haber pensado antes, soy un desastre alguna que otra vez pero siempre, siempre me cuido. Creo que lo hago desde el día que mi tía, la hermana de mi mamá, tuvo su noveno hijo... hay que tener nueve!! darles de comer, llevarlos al jardín o al colegio, salir a trabajar para ellos!. No, no, esa es una de las cosas que a mi no me va a pasar nunca, igual mi tía podria haber aprendido del consejo de mi abuela, el de cerrar las piernas digo.
Volviendo a lo mío... salí del baño y Nico seguía ahí en la misma posición que lo había dejado, creo que podría haber pasado un tornado por delante de él que ni lo hubiese visto. Estaba mudo, así que le tuve que decir. Nicolás volvió a respirar y me abrazó. Hacía tiempo que no nos abrazábamos de esa forma.
Ahora no sé qué pensar, fui madre por unas horas y de repente dejé de serlo. Tuve suerte, de no ser así en este momento estaríamos velando a más de uno de los integrantes de mi familia y a mi no hijo nadie le daría importancia. Que injusto."

Amanda

lunes, 18 de abril de 2011

"Hay días en los que te levantás, te cambias, te miras al espejo y decís; ¡que bien que estoy!. Hoy me dí cuenta que son solo días. En una semana te puede cambiar la vida por completo, podés levantarte, cambiarte, mirarte al espejo y decir; ¡tengo un atraso!, ¿tengo un atraso? Si! tengo un atraso y como si eso fuera poco no sé quién es el culpable de mi desgracia.
No le dije nada a Nico todavía, es que me dí cuenta hace un rato mientras me miraba al espejo y pensaba en la fecha de una entrega de diseño, y ahí fue cuando de repente caí en la cuenta de mi menstruación.
Si llego a tener algo que no debo tener, al menos en este momento, no sé qué voy a hacer. Ya sé que no es una enfermedad, ya lo sé, pero para mi es un poco mas terrible que eso. No quiero ni imaginarlo. Lo único que se me cruza por la cabeza es mi mamá gritando eso que dice cuando algo de lo que yo hago no le cae bien; "¿¡Amanda por qué no agarrás uno de esos tantos zapatos que tenés en tu cuarto y te lo das en la cabeza!? tal vez tenes suerte, se te acomodan un poco las ideas y nos haces un favor a todos!". Y yo... como si no escuchara nada. Se cree que es tan fácil como ella dice. No es que tengo las ideas desacomodadas, sino que se me hace difícil mantenerlas en su órden.
El punto acá es que tengo un atraso, y ya sé que dije "no quiero ni imaginarlo", pero mientras se me complique respetar mis ideas voy a imaginar una y otra vez sin parar por un minuto. ¿Y si estoy embarazada? ¡No queria decirlo!. Y si no es de Nico? y si es del infeliz de Diego?.
Me imagino las caras de los vecinos cuando se enteren, o peor... la cara de mi mamá cuando se dé cuenta que los vecinos se enteraron y le pregunten por el padre. Y mi papá? ¿qué va a decir mi papá?; "Hija te dijimos que hay que cuidarse". Como si esa frase fuera la solución del asunto.
Y la pobre de mi hermana que piensa en abandonar la virginidad, mientras la tonta de la hermana mayor anda por la vida caminando con un atraso a cuestas.
En momentos como éste no me cabe ninguna duda que soy una idiota, aunque mas idiota es Celeste que la llamé para contarle y me dijo que me joda por idiota, ¿por idiota? claro, porque a ella no le paso nunca. Esta se olvida que la conozco de hace mil años.
Tengo que tranquilizarme, tengo que salir a dar una vuelta, ir de compras, comer un chocolate o tomarte un avión e irme a la concha de la lora. Definitivamente ésta no soy yo, definitivamente estoy mal."


Amanda.

lunes, 11 de abril de 2011

"Mi mamá me pidió que lleve a mi hermanita a comprarse ropa porque el sábado tiene una fiesta y me parece que va el chico que le gusta. El problema no fue tener que llevarla y estar mil horas en cada negocio esperando que dé con lo indicado, no... ése no fue el problema. El problema fue lo que me preguntó camino a casa; ¿Como fue tu primera vez Amanda?. Instantáneamente me puse bordo, no podía creer que la pendeja de 15 años me estaba preguntando eso. Obvio que lo primero que pensé es que tenía que evadir el tema. Se me complicó bastante, no paraba de insistir. Sin ninguna otra opción, le mentí. Le conté que fue a los 18, con mi novio actual, y le quise dejar en claro que siempre hay que estar muy segura porque es algo que te cambia para toda la vida. Exactamente lo mismo que me decía mi mamá cuando yo era chica. Podemos ser muy mentirosos cuando queremos cuidar de alguien a quien queremos.
Mi primera vez fue a los 15 años, y no me comporte para nada coherente ni tampoco fue especial. Eran las primeras vacaciones que teníamos entre amigas, comenzábamos a conocer un poco más el alcohol y aunque la cerveza no nos gustaba para nada, nos hacíamos las chicas "copadas" tomándola. Me acuerdo que cada trago que daba me revolvía el estómago por completo. Una de esas noches fuímos a un boliche que creo que ahora ya ni existe, estábamos total y completamente borrachas. Habíamos tomado mucho, creo que algo de dos cervezas entre cinco, pero recuerdo como si fuese ayer que me daba vuelta el mundo en la cabeza. Conocí a un chico, Germán se llamaba, anduvimos a los besos toda la noche y cuando nos estábamos yendo me invitó a su departamento. Sé que tenía dos años mas que yo, y con tal de hacerme la grande le dije que sí y me fuí con él.
Lo esperé en la puerta del boliche mientras él hablabla con sus amigos, salió y nos fuimos al departamento. El lugar estaba todo revuelto, en la mesa había muchas botellas de alcohol, pero lo que de verdad significa muchas, y la ventana del comedor tenía unas cortinas espantosas. Fuímos al cuarto y nos tiramos en una de las camas. Ahora me doy cuenta que a esa edad te tiran un fósforo sin querer y te prendés fuego.
Al principio yo no quería saber nada, el mundo estaba dejando de girar y cada vez me sentía un poco mas estable. Hay algo de lo que no me voy a poder olvidar jamás, las sábanas de la cama tenian flores celestes y amarillas, me hacían acordar mucho a una que tenían mis viejos. Lo que aún no entiendo es por qué mi mamá me repetía siempre que antes había que pensarlo demasiado, que hacer el amor por primera vez no era para cualquiera y que ése momento debía ser muy especial, inolvidable. Para mí, de especial, no tuvo nada, pero de inolvidable sí. Daría lo que sea por ver mi cara cuando Germán se sacó los pantalones, nunca había visto Una en vivo y en directo, lo más cercano que había estado de uno hasta ese momento era cuando a escondidas miraba algún programa porno en la tele, y cuando Lucía, ingenuamente, nos contó de su experiencia con el primo, todavía guardamos el dibujo que nos hizo ese día para contarnos como era "Don Miembro". Me dolió un montón, sangré mil horas y la verdad no disfruté nada.
Lo que pienso ahora, despues de algunos años, es que de la virginidad uno hace lo que quiere y como quiere. El problema es que la que me estaba preguntando del tema era mi hermanita, no quiero que sea igual que yo. Así que, después de que le dije que mi primera vez fue con Nico, la convencí de que ese tema tenía que hablarlo con mamá. Seguramente, le va a decir todas las mismas boludeces que me decía a mí, aunque, definitivamente, creo que mi hermana no es ninguna boluda y va a terminar haciendo lo que ella quiere. Me preocupa un poco, pero así y todo no puedo dejar de recordar lo espantosas que eran las cortinas de ese comedor."

Amanda

lunes, 4 de abril de 2011

"Ayer a la noche me llamó Celeste para ir a una fiesta, ya era un poco tarde y hoy había que levantarse temprano, pero bueno fuí igual, además tenia que estrenar un vestido nuevo, que por cierto me quedaba genial. La pasé a buscar y empezó a contarme los mismos problemas de siempre, su novio. Me pregunto para qué siguen juntos si se viven cagando y además todos los dias igual; que te perdono, que me perdonas, que nos perdonamos y que nos amamos. Mentira, todo es una gran mentira. Pasan una hora amandose como si nada, y a la hora no se quieren ni ver las caras. Pobre, yo la quiero ver bien pero ella no está nada bien.
Llegamos a la fiesta, por suerte no habia nadie conocido. La verdad es que en el camino iba rogando para que no haya nadie conocido, ver tantas caras familiares y tener que escuchar cosas que realmente no me importan, porque de verdad no me importan, ya me tiene cansada.
Me di cuenta que el tequila me mata y ni hablar del bodka con juguito, sí, tengo que confesarlo; me mata. El problema es que mientras bailabamos con cele entre toda la gente, llegó Santiago. Hacía mucho que no lo veia, pero ahí estaba. Ahí estabamos los dos.
Fui a la cocina a servirme algo mas para tomar...Santiago vino detrás, como siempre me volvió a comprar con sus palabras que parece que para mí son bastante mágicas, pero en realidad son esas que le critico a Celes cada vez que vuelve con el infeliz de su novio; "te extraño","no puedo vivir sin vos","sos linda","me pone mal cuando no me atendes por teléfono", todo un circo de palabreria que indudablemente para mí se transforman en mágicas.
Nos fuimos juntos, y ahí fue cuando me acorde algo que mi abuela siempre le decia a mi tía la menor de las hermanas de mi mamá; "no hay que abrir las piernas siempre que se te presente la oportunidad". Con Santiago jamás habia abierto las piernas, como decía mi abuela, ya habíamos estado varias veces juntos y a mí ganas no me faltaban. Al principio creía que estaba enamorada, aunque suele pasarme esas cosas, confundir sentimientos con momentos.
Después de un rato de hablar en su cuarto, me dije: "Amanda ya podes abrir las piernas". uyy yo lo habia esperado tanto...nunca se daba, siempre nos desencontrábamos y para mí era una asignatura pendiente.
Beso va, beso viene... me quitó la remera, me desprendió el corpiño, le quité la remera, el pantalón... y ahí fue cuando dije no!!. No podía creerlo, y no sólo eso sino que no aguanté, me levante, me vestí y le pedí que me abra, que me tenía que ir.
La tenia chiquita! que desastre!. Tanto que esperé por tenerlo y al final me termina pasando ésto. Seguramente mi abuela tenía razón y se referia a otra cosa cuando decia "no hay que abrir las piernas siempre que se te presente la oportunidad".
Amanda

lunes, 28 de marzo de 2011

"La verdad que no sé por qué lo hago. Mis amigas me lo preguntaron una y otra vez mientras tomábamos mates en esa plaza inmunda que ellas tanto aman y yo detesto bastante. Es que cada vez que vamos me tengo que tirar en el pasto y la verdad que con los zapatos de taco se me complica un poco. 
El tema es que de verdad no sé por qué lo hago. Cuando me subo al auto para ir a su casa a medianoche me corre algo por el cuerpo, como una especie de  fila  de hormigas que van y vienen. Me pongo el perfume que guardo en la guantera, prendo el auto y alla voy. Calculo que esas hormigas de las que hablo seran nervios, no sé. Cuando llego a su casa lo llamo para que me abra, y ahí esta él. 
No es tan lindo como algunas creen, aunque si te lo cruzas por la calle capaz te das vuelta y lo miras. Las hormigas siguen ahí por un rato mas, hasta que lo escucho hablar y no dejo de pensar en el poco futuro que tiene. Cuando nos sacamos la ropa me olvido de todo, aunque hay cuerpos mejores, pero indudablemente ese es el cuerpo que me hace pasar las mejores noches, hasta que vuelve a hablar, entonces es cuando digo que se hace tarde y que me tengo que ir porque no puedo llegar ojerosa a la facultad. Tengo una imagen que cuidar. 
Me levanto temprano, elijo algo lindo para ponerme y salgo de casa. Después de unas cuantas horas de dibujar zapatos y carteras me acuerdo que tengo que pasar por lo de mi novio. Mi novio es la persona mas buena y linda que puede existir, ese si es de los que te das vuelta a mirar seguro. Cuando me abraza siento cuanto lo amo, aunque a la noche cuando vuelvo a casa, me baño, como algo, me subo al auto, me pongo perfume y vuelvo a salir.
La verdad, no se por que lo hago."

                                                                                                                                                                      Amanda